En México, sin supervisión cubos Rubik exceden sustancias tóxicas que afectan inteligencia, aprendizaje y memoria: IPEN
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(19 de abril, 2017. Revolución TRESPUNTOCERO).- El reciclaje del plástico de residuos electrónicos que contiene sustancias tóxicas contamina juguetes en México y otros países, informa un nuevo estudio mundial.
Revela que contienen retardantes de flama tóxicos por lo que contamina el juguete más vendido del mundo, junto con otros productos para niños. “Irónicamente, los contaminantes químicos pueden dañar el sistema nervioso y reducir la capacidad intelectual, pero se encuentran en cubos Rubik – un juguete rompecabezas diseñado para ejercitar la mente”, informa la red IPEN.
De acuerdo al estudio realizado por IPEN (una red mundial conformada por organizaciones de la sociedad civil), Arnika (una organización ambientalista en la República Checa) y Casa Cem- Vías Verdes A.C. (una organización ambientalista de México), las sustancias químicas tóxicas, OctaBDE, DecaBDE y HBCD, se utilizan en las carcasas de plástico de los productos electrónicos.
Si estos plásticos no se desechan como residuos peligrosos, se reciclan llevando los tóxicos a nuevos productos. Las pruebas de laboratorio realizadas a productos de 26 países, incluyendo México, revelaron que el 90% de las muestras contenían OctaBDE o DecaBDE. Casi la mitad de ellos (43%) contenían HBCD.
En México, Casa Cem adqurió en Guadalajara 20 cubos tipo Rubik, de diferentes marcas, en tianguis y mercados y los envió para su análisis a la República Checa. Se seleccionaron cinco muestras para las pruebas de laboratorio. El análisis encontró que las cinco muestras contenían OctaBDE y DecaBDE a concentraciones elevadas.
Estas sustancias químicas son persistentes y se sabe que dañan el sistema reproductivo e interrumpen los sistemas hormonales, afectando adversamente la inteligencia, la atención, el aprendizaje y la memoria.
“Las sustancias tóxicas contenidas en los residuos electrónicos no deberían de estar presentes en los juguetes de los niños”, dijo Sofia Chávez representante de Casa Cem. “Este problema debe ser abordado a nivel global y nacional”.
El estudio surge pocos días antes de que la Conferencia Mundial de las Partes del Convenio de Estocolmo decida si se debe de continuar permitiendo el reciclaje de materiales que contienen OctaBDE y si debe hacer una nueva exención de reciclaje para el DecaBDE.
El comité de expertos del Convenio ha advertido respecto a los riesgos de esta práctica. “El reciclaje de materiales que contienen sustancias químicas tóxicas contamina a los nuevos productos, continúa exponiendo a las personas a estas sustancias y socava la credibilidad del reciclaje”, dijo Joe DiGangi, de IPEN. “Los gobiernos deben de poner fin a esta nociva práctica”.
Otra decisión crucial para la próxima Conferencia del Convenio de Estocolmo será establecer los límites permisibles de contenido de estas sustancias tóxicas. El establecimiento de dichos límites obligaría a que los residuos con contenidos que los sobrepasaran, estuvieran sujetos a las obligaciones de destrucción establecidas por el Convenio y no se permitiera su reciclado.
Sorprendentemente, algunos de los niveles de estas sustancias tóxicas contenidas en los juguetes analizados superaron los límites de residuos peligrosos propuestos. Tres de los cubos comprados en México excedieron el límite de residuos propuesto de 50 ppm para PBDEs / OctaBDE. Los cubos contenían 53, 54 y 178 ppm de OctaBDE, respectivamente.
“Necesitamos establecer límites de protección para el contenido de estas sustancias químicas”, dijo Jitka Strakova de Arnika. “Estándares débiles significa productos tóxicos y reciclaje sucio que a menudo se lleva a cabo en países de ingresos bajos y medios dispersando veneno desde los sitios de reciclaje hasta nuestros hogares y cuerpos”.
La aplicación de límites de protección estrictos sobre el contenido de retardantes de flama bromados también es crítica debido a su presencia en los residuos electrónicos.
En muchos países, los estándares establecidos por el Convenio de Estocolmo serán el único instrumento regulador global que pueda utilizarse para prevenir la importación y exportación de estos residuos contaminados, que en muchos casos sucede desde países con legislación más estricta hacia países con legislaciones o controles más débiles.